ejidocultura
En la época de dominio romano aparece el municipio de Murgi, entre los años 70-74 d. C. En este yacimiento romano se han encontrado termas, un circo, tumbas con ricos atuendos de joyas, etc. Todo representa a una población próspera de la que dependían una serie de núcleos de población, villas rurales o un puerto en Guardas Viejas. A partir del siglo IV la dispersión de la población en el interior es cada vez más evidente y en los primeros años del siglo VII Murgi fue abandonada hasta desaparecer como villa. El monumento Daymún, que decora una de las rotondas de la ciudad de El Ejido, es una edificación funeraria del Bajo Imperio más interesantes y de mejor estado conservadas en la península; aunque no puede dejar de mencionarse el afamado mosaico de una villa romana en donde el Dios Baco muestra las excelencias de la vid para solaz de sus propietarios.
Durante la época de Al-Andalus, el Campo de Dalías se dedicará a la agricultura y la ganadería. A partir del siglo X será una importante zona ganadera, de ahí la proliferación de aljibes para el ganado. Los pueblos de la alpujarra fueron los mayores beneficiarios, sus cabezas de ganado eran los que disfrutaban anualmente del pasto que ofrecía el Campo de Dalías. Tras la conquista de los Reyes Católicos, la taha de Dalías pasa a ser tierras de realengo y seguirá como zona ganadera. Tras la Guerra de las Alpujarras (1568-1570), los moriscos serían expulsados y todas estas tierras quedaron prácticamente despobladas. En 1575 se inicia la repoblación con 97 vecinos. Las viejas prácticas moriscas quedaron desplazadas por nuevas formas de cultivo, cambiando el paisaje de estas tierras hacia modelos más castellanos. Su propio nombre, Ejido, denota el origen de un espacio lindante y comunal de los vecinos de Dalías para el aprovechamiento público de estas tierras, destacando el ganado y las eras.
Durante el siglo XVII y XVIII se inicia la expansión del cultivo del cereal de secano mediante la rotura de la tierra, así como el cultivo de paja, que supuso una importante fuente de aprovisionamientos para el ejército español. En la costa sigue la actividad pesquera, con la construcción de almadrabas, y la obtención de sal en las salinas. El sistema defensivo de la costa entre los siglos XVI y XVIII lo constituirá el castillo y torre de Balerma, La torre y el castillo de Guardias viejas y las torres de Entinas y Cerrillos.
Durante el siglo XIX, El Ejido comenzó a convertirse en una enorme tierra de regadío, suplantando los viejos cultivos de secano para los cereales por la siembra de la parra. Su comercialización, permitió a los agricultores ejidenses presentarse en los más importantes mercados fruteros del mundo (Berlín, Londres, Nueva York,...). A mediados del siglo XX, con la irrupción de las nuevas técnicas agrícolas del enarenado e invernadero, El Ejido experimentó una verdadera revolución agrícola que lo ha puesto en los primeros puestos europeos de la producción hortofrutícola. De ahí en adelante el desarrollo de este tipo de agricultura, el desarrollo económico y el aumento de población irá unido hasta nuestros días. A finales del siglo XIX sólo tenía 48 habitantes, en el primer tercio del XX llegará a 858 habitantes. En 1960 llega a los diez mil, en el 1981 ya tenía unos treinta mil y en 2014 alcanza los 84.144 habitantes.

El espacio arqueológico de Ciavieja marca el inicio de la historia de El Ejido, en este aparecen asentamientos humanos estables y permanentes del Neolítico reciente, finales del IV y principios del III milenio a.C. En la Edad de Cobre, a mediados del III milenio a.C. ciavieja es un poblado de cabañas circulares con zócalos de piedra, donde la producción agrícola de cereales, legumbres y vid adquieren un fuerte protagonismo. El Poblamiento Argárico con una presencia aproximada de 700 años en la ciudad de El Ejido, desde principios de II milenio a.C. hasta 1300 a.C. presenta una agricultura más diversificada e inició el fin de Ciavieja. El Cerrón de Dalías es una zona arqueológica que no podíamos pasar por alto, correspondiente a la Edad de Bronce Final, esta refleja una evolución cultural de tradición fenicia, que se extiende hasta la decadente Ciavieja, a partir del año 209 a. C., con la caída de Cartago Nova, el dominio cartaginés se desmorona y la conquista e imposición del Estado Romano sobre esta comunidad, y las restantes, se hace imparable.
ORÍGENES